Daniel Alberto MadrizEl
pasado Siglo XX, nació impregnado de las mentiras y los falsos
argumentos para encubrir los intereses económicos, el colonialismo y el
saqueo de los recursos de los países menos desarrollados, por parte de
las grandes potencias en la era del surgimiento del Imperialismo como
categoría socio-económica, según la investigación y análisis realizado
por Vladimir Lenin, en su famosísimo libro: El Imperialismo fase
superior del capitalismo.
En pleno desarrollo del siglo XXI, es
redundante enumerar las infinidades de mentiras y falsas argumentaciones
que ha utilizado el Imperio del Norte, para invadir y destruir países
en su empeño hegemónico de dominación, basta mencionar: “Las armas de
destrucción masivas”, que nunca tuvo Irak, pero fue el falso argumento
que uso Washington, para la invasión y destrucción de esa nación; y
luego la ridícula ficción del “Cartel de los Soles”, para intentar
involucrar a Venezuela, como exportador de drogas psicotrópicas hacia
los EE.UU. temática discursiva y retórica, nada más lejos de la realidad
para amedrentar al gobierno venezolano, cuando su objetivo real es
apropiarse de las reservas petroleras del país.
Al respecto, viene
a colación el acertado planteamiento del dramaturgo, escritor e
intelectual alemán Bertolt Brecht, en su exposición que denominó: “Las
cinco dificultades para decir la verdad”. Brecht enfatiza en su
análisis, que no basta con solo escribir la verdad, sino que debe
utilizarse activamente para transformar la realidad y combatir la
barbarie, las cuales enumera y describe de la siguiente manera.
1.-“El
valor, para escribir la verdad: Se necesita coraje para enfrentar a los
poderosos y no deformar o silenciar la verdad, incluso cuando se busca
el beneficio propio o la gloria.
2.-La inteligencia para reconocerla:
La verdad a menudo está solapada y es difícil de reconocer, requiriendo
perspicacia y conocimiento profundo de la dialéctica materialista, la
economía y la historia, para descubrirla.
3.-El arte de hacer la verdad
manejable como arma: La verdad no debe ser solo un registro de hechos,
sino una herramienta que permita sacar conclusiones prácticas sobre la
conducta de las personas, para transformar la realidad.
4.-El juicio
para saber a quién confiarla: El escritor debe discernir a las personas a
las que debe dirigirse para que la verdad no se pierda en el “comercio
de la cosa escrita” y sea realmente eficaz.
5.-La astucia para
difundirla: Es crucial usar la astucia para propagar la verdad entre
quienes pueden aplicarla, a menudo se requiere más maña, que valor para
asegurar que la verdad llegue a su destino”.
En resumen, Brecht
argumenta: “Para decir la verdad en un mundo opresivo, no basta con
tener la intención. Se requiere un proceso integral que va desde la
valentía de escribirla, la capacidad de entenderla, la habilidad de
usarla como un arma, el buen juicio para dirigirla y la astucia para
difundirla”. Por supuesto, en la actualidad, las dificultades son más
complejas, que las existentes cuando Brecht, hace 91 años, hizo su
análisis.
Hoy, por el dominio cognitivo y la manipulación, que
realizan los grandes monopolios de la comunicación, y el empleo
inescrupuloso de los sofisticados avances tecnológicos, subliminales y
explícitos, ocultar la verdad se les ha facilitado a los Imperios.
Estando los grandes consorcios en pocas manos, proclives y subordinados a
los gobiernos imperiales, engañar se ha convertido en una rutina, dado
que manejan a su antojo los contenidos de la información con un carácter
apologético y propagandístico.
Usar las mentiras y falsas narrativas de
forma cotidiana para ocultar sus verdaderos intereses económicos,
políticos, militares y de saqueo, es hoy una de las armas más efectivas
de manipulación, empleadas por los grandes centros hegemónicos del
mundo. Es notorio y de manejo público que los gobiernos estadounidenses,
dicen combatir el tráfico de drogas fuera de su país, pero nunca
existe, ni se tiene evidencias de persecuciones, ni decomisos de
toneladas del conocido alcaloide por las policías antinarcóticos dentro
de los EE.UU.
En la extensa geografía norteamericana, se ocultan
los grandes e invisibles carteles de las drogas que habitan en el país
líder en el consumo de sustancias psicotrópicas del planeta. Por otra
parte, la gran ganancia final de las ventas internas de la cocaína en
los Estados Unidos, se recicla en operaciones de “lavado de dólares" que
realizan los propios bancos estadounidenses y las bolsas de valores de
ese país, que, dicho sea de paso, las controla el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional, quienes aparecen como las inocentes y
blancas palomas en este entramado del crimen, encubierto en la falsa
guerra contra el narcotráfico y los capos extranjeros de las drogas.
La
repetición de una narrativa donde se criminaliza de manera falsa, al
jefe del gobierno venezolano y a otros altos funcionarios del estado,
tiene como objetivo, preparar y justificar futuras acciones armadas,
punitivas e ilegales contra Venezuela, creando zozobra en la población y
el comercio que sin control alguno, van elevando los precios de sus
mercancías y por ende, provocando una inflación injustificada, que forma
parte además de las operaciones psicológicas del imperio
norteamericano, destinadas a crear condiciones que intentan atemorizar a
los sectores productores de la sociedad, al alto mando militar y a la
vez, amedrentar al pueblo para que retire su apoyo al proceso
revolucionario, iniciado por el Comandante Hugo Chávez Frías.
No
hay dudas, que, al Imperialismo norteamericano con toda su fuerza bélica
y cinismo, denunciado repetidamente por nuestro comandante eterno Hugo
Rafael Chávez Frías, solo tiene interés en las reservas de petróleo y
otras riquezas que posee Venezuela, y esto no es una frase exagerada o
utilitaria, lo ha expresado públicamente el presidente de los Estados
Unidos Donald Trump, cuando recientemente expresó que: “No queremos
comprar el petróleo venezolano, lo que deseamos es tenerlo gratis”. Más
claro el agua, como dice el famoso dicho popular. El Imperialismo actual
se ha fusionado nuevamente con el fascismo, y con acciones de corte
fascistas como el acoso, por parte de marines norteamericanos frente a
las costas caribeñas, y las recientes agresiones, secuestro y
hostigamiento contra unos pescadores por más de 8 horas, por una nave de
guerra estadounidense, conocida como un Destructor, en aguas
venezolanas.
Hoy el fascismo renace disfrazado de sionismo, pero
lleva la misma esencia: el sometimiento y saqueo de los pueblos
independientes y soberanos a la voluntad de Imperialismo y sus países
lacayos. En tal sentido las reflexiones de Bertolt Brecht, son
importantes considerarlas, cuando se refería a este fenómeno que lideró
Adolfo Hitler, aseverando que el fascismo: “es una fase histórica, en la
cual entró el capitalismo y, por lo mismo, es algo viejo y nuevo a la
vez.
En los países fascistas, el capitalismo no existe sino como
fascismo y el fascismo no puede ser combatido sino como capitalismo,
como la forma más escueta, más descarada, más opresiva y engañosa del
capitalismo. ¿Cómo alguien que quisiera combatir el fascismo, podría
decir la verdad sobre él, si no quiere decir nada contra el capitalismo
que lo engendra? ¿Cómo convertir en practicable esta verdad? Aquellos
que están contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, que se
lamentan de la barbarie que origina la barbarie, se parecen a los que
quieren comer su tajada de ternera, pero no quieren que se mate la
ternera”.
Referencias: Cinco dificultades para escribir la verdad.
Bertolt Brecht (1934); El Imperialismo fase Superior del Capitalismo.
Vladimir Lenin.
Daniel Alberto Madriz
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