“Bolívar admiraba la ciencia europea y se empeñó en asimilar sus resultados para el desarrollo de Colombia, pero no era un europeísta, como otros ilustres próceres”. (Las dos vidas de Bolívar. Raúl Valdés Vivó)
Pedro Estacio
La esencia del pensamiento del Libertador Simón Bolívar está, fundamentalmente, en la vida hacia la cual no solo condujo a hombres y mujeres en la guerra de independencia, sino que lo continúa haciendo al recordarnos su certero lenguaje el cual nos empuja siempre hacia la unidad de los venezolanos.
Cada día reflexiono sobre ese Bolívar que nos ha permitido conocer la historia. Y las preguntas que me hago sobre el hombre genio no son fáciles de responder para mi mismo. Solo se que un hombre que fue capaz de transformarse luego de las pérdidas y por supuesto ausencias del amor terrenal que todos conocemos, de padre, madre y esposa, fue capaz de generar un gigantesco amor por la vida, traducida esta en la tierra en la cual creció, sus relaciones y el ideal de grandeza en donde ubicó a los habitantes de este continente para, en unión de todos ellos, vislumbrar una integración a donde todos pudieran estar, una indivisible unidad.
Aún en plena guerra de independencia, Bolívar siempre imaginó la unidad como herramienta definitiva que le permitiera alcanzar logros de mucho beneficio para ese accionar que libraba contra los españoles. Por supuesto, en ese pensar anidaba la idea, no lejos del Generalísimo Francisco de Miranda, de un continente en donde estuviese activa una especie de federación de estados.
Si bien todo su pensamiento parecía girar en torno a la independencia y la gigante idea de una federación de naciones, siempre será ineludible decir que, en cierto modo, mucho de ese pensar que le envolvía tenía sus enigmas.
Por ejemplo, algunos suelen reiterar lo gran lector que fue el Libertador y el conocimiento profundo a lo que hay que añadir de sus conversaciones que tuvo con intelectuales europeos, pero antes que eso, una cortina ha cubierto esa muy profunda relación que existió entre el joven y su singular maestro Simón Rodríguez.Todo lo conocido es muy superficial, salvo lo escrito por Rodríguez.
Es bastante posible que el Maestro haya compartido con Bolívar el sentir filosófico de Baruch de Spinoza, valga decir, uno de los duros de la época, quien aún siendo judío discrepó con muchos de sus paisanos en torno a la descripción y o existencia de Dios.
El guerrero caraqueño no fue un seguidor de lo religioso, simplemente se limitó a observar lo que era y como actuaba, incluso hasta en ocasiones acudió a la iglesia, pero hasta ahí. Pudiera pensarse que sorbió mucho de las conversaciones con Rodríguez, pero nada de eso tradujo explicación en torno a su pensar.
Todo lo que se desprende a su alrededor es que pudo tener ciertas influencias y algunos lo han considerado un genio y amante de una buena vida para toda esa unidad con la que soñaba. Incluso, hasta Manuela Sáenz lo consideró dotado de una inteligencia que superaba todo los pensamientos del siglo XVIII. De hecho su visión profética sobre Estados Unidos destinado por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad, está muy vigente hoy día.(wwwpertinentes.blogspot.com)
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