La palabra proviene posiblemente del cumanagoto. Algunos estudiosos del idioma indican que la palabra arepa proviene del vocablo indígena “erepa”, que los Cumanagotos –tribu de los Caribes que habitaba la región noreste de Venezuela– utilizaron para nombrar el maíz, ingrediente básico en la preparación de este alimento. De acuerdo a otra versión, el vocablo arepa pudiera provenir de “aripo”, especie de plancha levemente curva, fabricada en barro, que utilizaban los indígenas para la cocción de la masa de harina de maíz.
Es así que, los indígenas cumanogoto no fueron los únicos en consumir las arepas, puesto que antes de la llegada de los españoles a tierras americanas, vivían los taironas, civilización precolombina de la familia lingüística chibcha que habitaban en lo que es actualmente los departamentos de Magdalena y César pertenecientes a la actual Colombia. Allí no faltaba el maíz, que era el principal cultivo de esa zona, y eso propiciaba a la preparación de arepas, de las que eran buenos consumidores. También aparecen los indios Pantágoras, descendientes de los Caribes y los indios Aburraes, y los primeros vivían en el centro de Colombia, para ser exacto, en el departamento de Caldas y los segundos en el Valle de Aburrá, que está en Antioquia. Al igual que los taironas, los Pantágoras y los Aburraes sabían prepararlas con maíz y fueron consumidores de arepas.
Tras el descubrimiento de América, por los cronistas se supo que cuando Cristóbal Colón llegó a San Salvador (la primera tierra americana tocada por Colón, hoy isla de las Bahamas, antes llamada así Guanahani en 1492), los nativos le ofrecieron arepas preparadas con casabe y mahis (maíz). Además, Fray Pedro Simón, en su obra Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, y Bernabé Cobo, en Historia del Nuevo Mundo, escribieron que en América los aborígenes hacían unas tortas “tan gruesas como un dedo, que se llaman arepas”.
De esto se puede deducir que a partir del siglo XIX en Venezuela y Colombia, por cada región y por cada familia existe una fórmula para elaborar la arepa, que es muy popular hoy en día y considerada como un icono muy representativo de la gastronomía y cultura venezolana y colombiana.
Tesoros culinarios arraigados en la historia de una nación, las arepas, esas deliciosas y versátiles piezas de maíz, han conquistado los paladares de millones en todo el mundo. Sin embargo, detrás de su sencillez y popularidad se encuentra una fascinante historia que se remonta a las raíces más profundas de América Latina. Desde las antiguas civilizaciones indígenas hasta convertirse en el alimento emblemático de toda una región, el origen de la arepa está tejido con hilos de tradición, cultura y evolución.
En este artículo de
Supercurioso, nos adentraremos en los misteriosos inicios de esta exquisita delicia, explorando cómo ha evolucionado para convertirse en el ícono gastronómico que es hoy en día. Descubriremos los secretos que residen en cada mordisco, rastreando la fascinante trayectoria que ha recorrido la arepa a lo largo del tiempo. Prepárate para desentrañar los sabores de la historia y sumergirte en el encanto de este tesoro culinario venezolano y colombiano que ha trascendido fronteras y conquistado corazones en todo el mundo.
La historia de la arepa se remonta a las culturas indígenas precolombinas de América del Sur. Tanto en
Colombia como en
Venezuela, las tribus indígenas utilizaban el maíz como uno de sus principales alimentos básicos. El maíz, también conocido como «el grano sagrado», tenía un significado profundo en sus tradiciones y era fundamental en sus prácticas culinarias.
La preparación de la arepa era sencilla pero ingeniosa. Los indígenas molían el maíz en piedras, obteniendo una masa gruesa conocida como «masa de maíz», que luego moldeaban en forma de tortas planas. La cocción se realizaba al fuego, ya fuera en piedras calientes o sobre comales de barro. Esta técnica ancestral permitía que las arepas se cocinaran lentamente hasta que desarrollaran una corteza dorada y crujiente por fuera, mientras que por dentro permanecían tiernas y esponjosas.
En la época precolombina, la arepa ya era una parte esencial de la dieta de los indígenas, y su popularidad siguió creciendo con la llegada de los colonizadores europeos.
Los españoles quedaron cautivados por este alimento y lo adoptaron en su propia gastronomía, llevando la receta de la arepa de vuelta a
Europa.
El origen de la arepa: ¿Colombiana o Venezolana?
A pesar de que ambos países comparten la tradición culinaria de la arepa, las diferencias en su preparación y presentación han generado un debate acalorado sobre su origen. Cada nación se aferra a su versión de la historia de la arepa, defendiendo con pasión la autoría de este popular plato.
Venezuela ha defendido con fervor su paternidad de la arepa, argumentando que su origen se remonta a los tiempos precolombinos en las regiones habitadas por los indígenas venezolanos. Para los venezolanos, la arepa es un alimento omnipresente y se consume en casi todas las comidas y ocasiones. Su fama ha trascendido fronteras, y hoy en día, es considerada uno de los
íconos gastronómicos del país.
Por otro lado, Colombia también reivindica la paternidad de la arepa y sostiene que es parte integral de su identidad cultural. Los colombianos argumentan que la preparación y la forma en que se sirve en su territorio son únicas y distintivas. En Colombia, la arepa es consumida con gran entusiasmo y
es una parte vital de la dieta diaria de sus habitantes.
¿Qué hace diferente a la arepa colombiana y la arepa venezolana?
Aunque ambas son a base de maíz y comparten similitudes en su origen, existen diferencias notables que definen a cada versión de la arepa y refuerzan la identidad culinaria de cada país.
En la historia de la arepa, la versión venezolana suele ser más grande y más delgada en comparación con su homóloga colombiana. Su tamaño y forma varían según la región, pero generalmente son más finas y más grandes. Gracias a eso, las hace ideales para rellenarlas con una gran variedad de ingredientes.
En Venezuela, es común encontrar arepas rellenas con carne, queso, aguacate, frijoles negros, pernil y más. Esta diversidad de rellenos le da a la arepa venezolana una versatilidad única y se ha convertido en una especie de lienzo culinario en el que los chefs y amantes de la cocina pueden dar rienda suelta a su creatividad.
Por otro lado, fijándonos en el origen de la arepa colombiana, tiende a ser más pequeña y gruesa. Se prepara con una masa de maíz más compacta y se sirve principalmente como acompañamiento en las comidas. En Colombia, la arepa es comúnmente acompañada de quesos, mantequilla, hogao (una salsa a base de tomate y cebolla) o simplemente se disfruta con un toque de sal. La arepa colombiana destaca por su textura firme y su sabor auténtico, convirtiéndola en una delicia tradicional y reconfortante para sus habitantes.
La expansión de la arepa fuera de Colombia y Venezuela
La diáspora de colombianos y venezolanos en busca de nuevas oportunidades y experiencias ha sido uno de los principales impulsores de la internacionalización de la arepa. En ciudades como
Miami,
Nueva York,
Madrid,
Buenos Aires y muchas otras, los restaurantes y establecimientos de comida callejera han abrazado este manjar, ofreciéndolo en sus menús y atrayendo a una clientela diversa y ávida de probar nuevos sabores.
Asimismo, la popularidad de la arepa ha sido favorecida por la creciente tendencia hacia la
alimentación más saludable y sin gluten. La arepa, al estar hecha a base de maíz, es naturalmente libre de gluten. Esto la convierte en una excelente opción para las personas con intolerancia al gluten o que buscan alternativas más saludables a los productos de trigo.
El origen de la arepa, compartido entre Colombia y Venezuela, ha trascendido fronteras y ha conquistado corazones en todo el continente y más allá. Independientemente de su procedencia exacta, la arepa se ha convertido en un tesoro culinario de la región, y su historia sigue evolucionando con cada bocado que se disfruta alrededor del mundo.
La próxima vez que pruebes una arepa, ten en cuenta que su delicioso sabor está cargado de historia y cultura que trasciende más allá de las disputas territoriales. Cada mordisco es una experiencia gastronómica única que honra las raíces ancestrales y la diversidad culinaria de estos dos países hermanos. ¡A disfrutar de la arepa en todas sus variantes y sabores!
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