13 de abril de 2002: Gesta memorable de una Victoria Popular
El 2002 marca un hito en la historia venezolana por la consolidación del proceso político revolucionario que el pueblo heroico salió a defender
Caracas, 13 de abril de 2002.-
Revisar los acontecimientos históricos de Venezuela siempre deja un
aprendizaje, las líneas que por años han descrito el devenir de una
tierra llena de gestas emancipadoras, crean todo una realidad colectiva
apegada estrictamente a los ideales libertarios, si se repasa ese
transitar, es bien sabido que como herederos de esas ideas, el pueblo
siempre saldrá en defensa de sus principios.
Abril
de 2002, se presenta como fiel ejemplo de esa realidad, fue el momento
exacto para que el poder popular forjado en su carácter rebelde saliera
como defensor de un proceso político del cual ha sido el principal
protagonista, demostrando gran comprensión del momento histórico durante
los días de aquel mes.
A
18 años del golpe de Estado en Venezuela, se rememora uno de los hechos
más lamentables del acontecer político contemporáneo del país,
escenario en el que el pueblo asumió un rol sin precedentes que
simboliza la génesis de la férrea defensa de un proyecto revolucionario y
de su líder, Hugo Chávez.
Los
hechos que se suscitaron durante los días 11, 12 y 13 de abril de 2002,
son un referente necesario al momento de remontarse a los hechos más
relevantes del transitar democrático venezolano. En aquellas horas se
marcó un antes y un después en el resguardo de la Constitución y de las
Leyes de la nueva República que recién daba sus primeros pasos rumbo a
la reivindicación en el marco de la creación de una manera de gobernar
distinta.
Desconocimiento de las conquistas del Pueblo
En
la noche del 11 de abril, el Comandante Chávez fue detenido y
trasladado inicialmente al Fuerte Tiuna, mientras que Carmona se auto
juramentó, como parece ser costumbre en quienes forman parte de la
llamada oposición, al día siguiente, 12 de abril, como presidente
interino, al margen de lo establecido en la Constitución. Inmediatamente
disolvió todos los poderes que conformaban el Estado en ese momento,
violó la Constitución, al reponer el nombre de República de Venezuela,
quitándole la condición de Bolivariana.
Estos
actos provocaron que se levantaran las protestas de miles de
venezolanos de diferentes extractos sociales, las barriadas populares se
convirtieron en estruendosos espacios de protesta que resistían ante
arremetida de un gobierno a claras luces con características
dictatoriales, apoyado por el silencio cómplice de los grandes medios de
comunicación que como un parte de guerra diario y durante varios días
le daban extensa cobertura a los anuncios y declaraciones de quienes
propiciaron aquellas angustiantes horas.
Día
y medio después, el poder popular organizado no escatimó esfuerzos,
pese a la arremetida mediática, y el 13 de abril se manifestó junto a un
grupo de oficiales y tropas patriotas para exigir el retorno del
Comandante Hugo Chávez, logrando restablecer el sistema democrático.
Palabras de aquel Chávez rescatado gracias a la conciencia patriota de la unión Cívico-Militar
En
aquella oportunidad, inició haciendo un llamado a la calma. “Yo he
estado incomunicado en las últimas horas y no tenía ninguna información
de lo que estaba pasando y tenía una angustia muy grande y, lo primero y
más importante que digo a todos los venezolanos es que vuelvan a sus
casas, que vuelva la calma”. Asimismo, llamó a la reflexión y destacó la
legitimidad de la Constitución.
“Estos
acontecimientos que trajeron sangre y dolor, son sin embargo y debe ser
una gigantesca lección para todos nosotros; que todos seamos capaces de
mirar allí, que todos seamos capaces de leer esa lección, que todos
seamos capaces de extraer de allí conclusiones, enseñanzas”, prosiguió.
En
medio de aquellas palabras como muestra de grandeza y a pesar de las
circunstancias a las que fue sometido dijo, “Yo, así lo digo en nombre
del Gobierno Revolucionario y Bolivariano, pacífico y democrático, no
vengo ni con ninguna carga de odio ni de rencor contra nadie,
absolutamente, no cabe en mi corazón ni el odio ni el rencor”,
manifestó.
Para
cerrar aquel inolvidable discurso expresó: “Retorno después de dos días
de ausencia, de incertidumbres. Retorno cargado espiritualmente de un
gran amor, y sobre todo, si hace dos días yo los amaba a ustedes, hoy
después de esta jornada histórica, de esta demostración sin precedentes
en el mundo de cómo un pueblo y sus soldados detienen una
contrarrevolución y hacen una contra contrarrevolución, sin disparar un
tiro, sin derramar sangre, y reponen las cosas en su sitio. Después de
esta jornada memorable, histórica, imborrable para siempre jamás, si
ayer los amaba, hoy los amo muchísimo más. Amor con amor se paga”.
Aquel
13 de abril de 2002, el pueblo se hizo protagonista de una gesta
histórica y memorable que sirve de ejemplo para demostrar que se pueden
alzar las banderas de la dignidad enarboladas con una respuesta
profundamente democrática y llena de sentido patrio.
Dieciocho
años después, la conciencia revolucionaria se mantiene viva y alerta en
millones de mujeres y hombres que, inspirados en el liderazgo del
proceso revolucionario encabezado hoy por el presidente Nicolás Maduro,
acompañan este proceso de cambio que no desmaya en su lucha por promover
la inclusión, la igualdad y el bienestar colectivo.
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