miércoles, 10 de junio de 2020

¿Cómo? EXHORTAR...



La palabra exhortar sirve para definir la acción de solicitar o hacer un llamado, a realizar un fin determinado. Significa el hecho de dirigirse a una o varias personas con el objetivo de convencerlos, para que hagan algo o animarlos para que se aboquen a trabajar en pro de objetivo. Comúnmente aquellos que asumen la responsabilidad de exhortar, son personas que gozan de cierto liderazgo.
Exhortar
En el contexto político, un gobernante puede exhortar a su pueblo a que participe en los eventos electorales. En este caso, tanto el gobernante como los demás dirigentes políticos, invitan (exhortan) al pueblo a que participe, a través de palabras que resulten motivadoras y muy convincentes para ellos.

Es importante resaltar que la acción de exhortar comprende tres elementos:
1- La persona que habla,
2- El público que escucha y lo más importante,
3- Su mensaje.

Para que el discurso sea convincente, es muy importante que el orador presente ciertas características, por ejemplo debe ser una persona con don de palabra, es decir que se le haga sencillo comunicarse verbalmente con el público, además de esto, debe contar con cierta autoridad intelectual y moral.

Si la persona que exhorta, cuenta con las características antes mencionadas, puede estar seguro que el público, estará atento a lo que diga, y es muy probable que acepte la propuesta del discurso.

En el ámbito teológico

El término exhortación proviene del griego, concretamente de paraklésis, que se podría traducir como llamamiento o consolación. En el Nuevo Testamento hay diversas referencias a este concepto y normalmente se emplea para mencionar el don de convencer o animar a los otros a través de las palabras.

En este sentido, Jesucristo exhortaba a sus seguidores, es decir, les proponía algo que debía regir su comportamiento (para ello utilizaba parábolas que servían como ejemplos que ilustraban sus enseñanzas).

Finalmente, en el plano religioso se usa la exhortación para mencionar la habilidad para convencer a los demás, mediante la palabra. En el Nuevo Testamento, se menciona que Jesús, siempre exhortaba a sus discípulos a que modificaran sus conductas y cumplieran sus mandamientos. Muchas de sus exhortaciones las manifestaba en forma de parábolas, a fin de que las personas comprendieran fácilmente su mensaje.

En el ámbito militar

Antes del inicio de una batalla los soldados saben que pueden morir. En consecuencia, quien les exhorta debe persuadirles para que sean valientes y decididos. Sus palabras son una arenga. En la arenga se enardece el ánimo de la tropa con ideas muy rotundas (salvar a la patria, pelear en nombre de Dios o luchar por la libertad de un pueblo).

Otros ejemplos:

Un superior se dirige a su tropa y los exhorta a que sean valientes, a través de su discurso, el militar los anima con frases que buscan enardecer el coraje y la osadía de los soldados. Un ejemplo es la siguiente frase “hay que defender la soberanía y luchar por la libertad de la patria”.

Un general se dirige a su ejército antes de la batalla a través de una exhortación. De manera análoga, un líder religioso se dirige a sus fieles o un líder político se dirige a sus seguidores a través de unas palabras con las que intenta transmitir ideas o sentimientos que sirvan para motivarles. En cualquier caso, una exhortación es una propuesta basada en un razonamiento.

Tipos de oradores

Hay oradores que logran que su exhortación llegue al corazón de quienes le escuchan, mientras que otros son aburridos. En líneas generales, hay cuatro tipos de oradores:

1) el que habla solamente cuando está muy seguro de lo que va a decir y su razonamiento se basa en la información rigurosa,
2) el que se dirige a los demás con intensidad emocional y una cierta agresividad,
3) el orador simpático que utiliza el humor para conectar con el público y
4) el orador práctico cuyo propósito es explicar lo mejor posible unas ideas.



¿Cómo? DISERTAR...


La disertación es un ejercicio de argumentación normalizado. Organizada generalmente en tres partes, que responde a una pregunta o a un planteamiento previo. 
Consiste en razonar, discurrir sobre algo, sentando doctrina. Es hablar amplia y razonadamente sobre algo, generalmente materia científica, artística, etc.
¿Cómo? Disertar la palabra de Dios.
Acerca de esto tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que os habéis hecho tardos para oír. Pues aunque ya debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios, y habéis llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido. Porque todo el que toma sólo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal” Hebreos 5:11-14
En el artículo anterior estuvimos definiendo lo que es el discernimiento espiritual. La palabra de Dios nos revela que el discernimiento es una habilidad que todos debiéramos poseer, pero que no necesariamente todos tenemos. De hecho muchas personas se caracterizan por su inhabilidad para discernir.

El discernimiento es una cualidad que el Espíritu de Dios cultiva en nosotros, en la medida en que maduramos. Un niño que aún está en la etapa de gatear es capaz de llevarse a la boca el biberón de leche que su madre le provee; pero igualmente él puede hacer lo mismo con un pesticida que se haya colocado en el piso para las plagas. Él no sabe discernir entre una cosa y la otra. Eso sería similar a lo que pudiera ocurrir en un cristiano no maduro, cuando este no sabe discernir entre la verdad que Dios ha revelado y la mentira que Satanás le presenta a través de un predicador o de un maestro.

El texto con el que iniciamos nos dice que aquellos que comen el alimento sólido, refiriéndose a las enseñanzas más profundas de la palabra, tienen la habilidad para hacer ese discernimiento. Pero el mismo texto hace referencia a otros que todavía están consumiendo leche… que están todavía en necesidad de las cosas básicas del Evangelio, y no tienen entonces la capacidad de discernir correctamente. 

De hecho, ese grupo al que alude el autor de Hebreos, lamentablemente había retrocedido, no había avanzado: “pues aunque ya debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios», (Heb. 5:12 ). Cuando usted no está progresando, eventualmente usted comenzará a regresar. Es como ver una escalera que tenga un primer nivel, luego un descanso y luego un segundo nivel. Si usted se detiene en el descanso y no continúa, eventualmente va a regresar hacia el nivel mas bajo.

El discernimiento es logrado a través de los sentidos ejercitados, como nos enseña el texto de Hebreos, pero esos sentidos son ejercitados por el consumo de la palabra…el consumo de alimento sólido. Cuando hablamos de alimento sólido, no nos estamos refiriendo a nuevas verdades; sino a un mejor entendimiento y a una mejor aplicación de las verdades ya reveladas por Dios en su palabra. 

Por otro lado, esta palabra “ejercitados” también nos da una idea de que la persona con discernimiento es alguien diligente, y que por tanto está acostumbrado al estudio de la palabra y a la meditación de la misma; de tal manera que con frecuencia ese creyente se ha visto en necesidad de aplicar lo aprendido a situaciones de la vida diaria que le han permitido llegar a tener sus sentidos ejercitados para diferenciar la verdad del error.

El apóstol Pablo al escribir a los corintos, nos deja ver nuevamente que el discernimiento es una cualidad de la persona madura:

“Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros”, (1 Co. 14:20). 

Pablo estaba lidiando con los Corintos, una iglesia compuesta por personas inmaduras, lo cual les llevó a la división, donde uno decía que era de Pablo y otro de Cefas. Hubo inmoralidad sexual entre ellos; hubo personas que tomaron la cena del Señor indignamente, lo cual causó que algunos enfermaran y otros murieran.

En medio de esto, Pablo les está diciendo en este capítulo 14, con relación al uso de los dones, ‘¡hermanos dejen de ser niños!’. Ya es hora de que el Espíritu Santo haya iluminado Su palabra hasta el punto de conocer cual es el propósito y la función de sus dones para la iglesia. Esa madurez es reflejada por el discernimiento, y el discernimiento que ellos no tenían los llevó a un mal entendimiento los dones del Espíritu, y a un mal uso de los mismos.

La Palabra de Dios fue inspirada de manera infalible por el Espíritu Santo; ese mismo Espíritu ilumina la mente del creyente para entender su palabra con claridad cuando éste se dispone a escudriñarla con la intención de aplicarla a su vida. Muchos viven tratando de discernir las circunstancias de los demás, pero siempre errando en cómo discernir sus propias situaciones. Como tratar de identificar la paja en el ojo de mi hermano, sin antes ver la viga en el mío.


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